Si los observatorios de La Palma y Tenerife han situado en pocos años a España a la vanguardia de la astronomía, la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) está llamada a convertir a las islas en uno de los pocos lugares del mundo donde ensayar todo tipo de tecnologías marinas.

Plocan forma parte del listado de infraestructuras científicas singulares del país, por el potencial que ofrece para realizar investigaciones que en pocos sitios más serían posibles, como probar nuevos prototipos de aerogeneradores, desarrollar vehículos submarinos no tripulados o ensayar cómo va a responder el océano dentro de un siglo a las tensiones del cambio climático.

Su infraestructura icono preside desde hace justo un año el horizonte en la costa de Telde. Se trata una torre de 31.000 toneladas de peso y 60 metros de altura, 23 de ellos por encima del agua, con todo el aspecto de un plataforma petrolífera, pero con fines muy diferentes.

Esa gran estructura de hormigón solo es la punta del iceberg de lo que representa Plocan: un espacio de 23 kilómetros cuadrados de mar reservados, oficialmente, para todo tipo de ensayos científicos.

Cuando termine su plan de puesta en marcha (2007-2021), este laboratorio marino habrá recibido una inversión de 42,81 millones de euros, financiada casi a partes iguales por sus dos socios de referencia, el Gobierno de Canarias y el Ministerio de Economía, con ayuda de fondos europeos.

Sin embargo, Plocan es una realidad desde varios años antes de que su plataforma se plantara sobre el fondo marino de Gran Canaria.

De hecho, su sede en tierra, situada en el Parque Científico Marino de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en Taliarte lleva tiempo acogiendo a equipos internacionales en todo tipo de ensayos y, en este momento, está en la vanguardia del desarrollo de “gliders” (planeadores submarinos autónomos, que recorren miles de kilómetros sin combustible, solo con la fuerza de la gravedad y el principio de Arquímedes).

A poca distancia de la plataforma, se encuentra desde hace meses el primer aerogenerador marino de España, un prototipo diseñado por una empresa nacional cuya torre se despliega de forma telescópica. ¿Su interés? Si tiene éxito, esa tecnología española podría llegar a abaratar hasta un 30 por ciento el coste de los campos eólicos marinos.

En breve, avanza Llinas, se situará a su lado otro prototipo de la empresa andaluza EnerOcean, el primer aerogenerador flotante del mundo con dos turbinas apoyadas sobre la misma estructura, apto para emplazamientos lejanos a la costa y con mayores profundidades, donde es inviable cimentar la torre del molino eólico en el lecho marino.

Reoltec.Net
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