Este grupo de trabajo, denominado ALMA, se creó en noviembre de 2019 como respuesta a una iniciativa promovida por dos departamentos del CIEMAT para convertirlo en centro de referencia en las tecnologías de almacenamiento de energía. Desde entonces, ha trabajado con el objetivo de proponer una línea estratégica de I+D+i en Almacenamiento de Energía en el CIEMAT que, por una parte, ordene, fortalezca y unifique las actividades que se están llevando a cabo y, por otra, defina su posicionamiento a nivel nacional e internacional, junto y frente a otros actores.
El CIEMAT desarrolla actualmente diversas actividades relacionadas con el almacenamiento de energía en varios ámbitos (almacenamiento mecánico, térmico, en forma de hidrógeno y portadores de H2 y electroquímico). Son actividades consolidadas y de las cuales se pueden aportar indicadores que demuestran el alto grado de madurez alcanzado en los últimos años, como son: proyectos industriales centrados en almacenamiento, propuestas de proyectos a nivel europeo, organización y participación en actividades formativas con colaboración de la industria y otros centros de investigación, desarrollo de patentes, publicaciones en revistas con índice de impacto, seminarios y ponencias en jornadas y congresos científicos internacionales, participación en comités internacionales y divulgación en medios de comunicación (radio y prensa) sobre almacenamiento de energía.
Con la propuesta de esta línea, el CIEMAT quiere contribuir a uno de los retos tecnológicos y energéticos que plantea la sociedad y dar respuesta tanto tecnológica como estratégica a la gestión del sistema energético que plantea el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) con la incorporación masiva de energías renovables. Como consecuencia de ello, distintos grupos de investigación del CIEMAT se han coordinado para definir una serie de líneas estratégicas de actuación en relación con el almacenamiento de energía, basándose en la intersección de una serie de capacidades, identificadas en el CIEMAT y una serie de necesidades que se han detectado tanto en el ambiente científico como industrial. Las capacidades tienen que ver con el potencial científico-técnico, la experiencia en desarrollos previos y la existencia de instalaciones experimentales singulares. Las necesidades se han buscado más concretamente en el ámbito del incremento en la integración de energías renovables y en el nuevo modelo de mix eléctrico.